La implantación de un comercio electrónico es algo que debe ser cuidadosamente planificado, pues de la planificación inicial depende el éxito final y, sobre todo, define el plazo en el que la inversión comienza a retornar o las ventas alcanzan un nivel significativo.
Obviamente a nadie se le escapa que una planificación a nivel empresarial con un análisis de costes, inversión, proveedores, agencias de transporte, empleados y almacén, etc es imprescindible, pero sueler ser común olvidar o no prestar atención a las cuestiones más técnicas.
A veces esto sucede porque el desarrollo técnico se encarga a una agencia o consultora con la idea de externalizar ese trabajo. En estos casos conviene asegurarse de que nuestro partner conozca de primera mano el producto, las peculiaridades de la empresa y el perfil del cliente final. Sin esa información no es posible desarrollar una tienda online que tenga posibilidades de destacar entre sus iguales.
Este artículo, no obstante, pretende centrarse en el análisis técnico, dejando el grueso de la estrategia comercial para artículos posteriores, aunque se tocarán algunas cuestiones de estrategia comercial cuando estas dependan de alguna funcionalidad técnica y se listarán ejemplos de algunas de ellas al final del artículo.
Lo primero que se nos viene a la cabeza es, ¿qué plataforma implantar?
Se trata de la primera gran decisión y apresurarse en apostar por una puede ser un error que arrastremos durante años. Es mejor no implantar nada hasta no haber estado al menos dos semanas escribiendo notas en un cuaderno.
Este artículo va a centrarse en plataformas que podamos poseer, no haremos mención a marketplaces, ya sean verticales u horizontales (Amazon, eBay, Shopify, ManoMano, etc.) que nos permitan realizar venta online.
Los principales candidatos en esta decisión son tradicionalmente tres: Magento, PrestaShop y WooCommerce.
Vamos a simplificar un poco y a dejar de lado a Magento para tratar de dar más utilidad a este artículo, ya que su conveniencia se justifica en muy pocos casos.Magento es un software que, pese a ser software libre, por su naturaleza implica altos costes de desarrollo que se justifican perfectamente en proyectos de grandísima envergadura, pero que en la mayoría de casos no merece la pena contemplar.
PrestasShop es un desarrollo de software libre con una larga andadura, que ha superado un gran número de hitos en su desarrollo con mayor o menor suerte, pero que ha alcanzado una merecida madurez. Parte de su éxito se debe a la abundancia de funcionalidades que incluye su núcleo, que contempla casi todo lo necesario para el desarrollo de un comercio, y a la gran cantidad de extensiones disponibles para añadir nuevas capacidades. Igualmente existe una gran cantidad de plantillas o temas que permiten realizar casi cualquier tipo de diseños basados en las tecnologías o técnicas de representación más actuales.
WooCommerce no es un software completo en sí mismo, sino una extensión para el gestor de contenidos WordPress. Su nucleo dispone de las capacidades justas, a veces incluso de menos de las imprescindibles que se le debería pedir a un sistema de este tipo. También dispone de extensiones para complementar sus funcionalidades, pero el parque de estas sigue siendo inferior al de PrestaShop. Respecto al diseño, WooCommerce depende directamente de la plantilla que aporta el diseño a nuestro WordPress, siendo esto un arma de doble filo, ya que nuestra plantilla deberá contemplar la posibilidad de esa integración para que el resultado sea satisfactorio.
Una vez descrito esto cabe preguntarse.¿Qué debo implantar?
La decisión entre Prestashop o WooCommerce debe realizarse con una lista de requisitos funcionales sobre la mesa, estos requisitos deben haber surgido de nuestro análisis comercial y de estrategia, y en él habrá cuestiones como si necesito recordar al cliente sus carritos abandonados, si mis reglas de impuestos van a ser complejas al vender al extranjero, si voy a organizar una red de referidos que me atraigan a clientes a cambio de comisión, si mis productos necesitan de personalización por parte de los clientes, si deseo gestionar de manera centralizada mis devoluciones, si voy a ser agresivo con ofertas con cuenta a atrás y políticas de cupones de descuento, etc.
Si surgen muchas de estas funcionalidades posiblemente necesitamos PrestaShop, pues muchas de ellas formarán parte de su núcleo, y las demás podrán ser implantadas a través de extensiones, que en muchos casos serán variadas dado el gran número de desarrolladores existente y nos permitirán elegir entre diferentes propuestas.
WooCommerce desgraciadamente no dispone de tantas posibilidades y, aunque en un primer momento creamos que estas funcionalidades no nos son necesarias, debemos pensar en el futuro, ya que su capacidad de escalar, por estas mismas razones es reducida.
Os estaréis preguntando ¿por qué implantar WooCommerce si sus funcionalidades son reducidas y su capacidad de crecimiento también?
Hay razones para hacerlo: si se dispone de una página existente desarrollada en WordPress con cientos de artículos, la venta es un pequeño complemento y las necesidades son perfectamente suplidas con las funcionalidades que WooCommerce nos ofrece, su implantación es una apuesta inteligente.
Si disponemos de un WordPress de tipo presencial con un escaso desarrollo de no más de unas decenas de artículos y sin funcionalidades especiales que justifiquen la necesidad de mantenerlo con vida, implantar WooCommerce por el simple hecho de aprovechar esa inversión que hicimos en ese momento puede ser un grave error que consuma tiempo y dinero y que nunca llegue a desarrollarse hasta el nivel que deseamos.
Este error se comente con frecuencia y en futuros artículos trataré de explicar cómo migrar tiendas ya consolidadas a otras plataformas sin perder nuestro valor: catálogo, clientes y pedidos.
Al principio del artículo hablaba de estrategias comerciales que dependen de funcionalidades técnicas y prometía dar algunos ejemplos. Merece la pena darlos porque suelen ser, por experiencia, súmamente importantes, pues son estrategias que requieren directamente de un apoyo tecnológico relativamente complejo. Ejemplos de ello pueden ser:
- Personalización de artículos, ya sean textos para grabado, imágenes para estampado en camisetas o productos publicitarios, datos de prescripción para la confección de gafas o la venta de lentillas, etc.
- Recompensas derivadas de la suscripción de un visitante a una newsletter, tales como descuentos o cupones. Este es un ejemplo muy relacionado con ese inbound marketing, sus leads y sus funnels que cual dogma aparece en todas partes y que, como todo, no es la panacea sin trabajo y planificación, pero que bien aplicado puede dar grandes frutos.
- Funcionalidades promocionales a nivel de catálogo como etiquetas de ofertas, valoración y opiniones de los productos, descuentos con cuenta atrás, vistas 3D, vídeos, comparación de productos, listas de deseos, etc.
- Recompensas relacionadas con el carrito de compras, tales como regalos automáticos por la compra de determinados productos, descuentos a partir de ciertas cantidades, etc.
- Recompensas de responsabilidad social corporativa, tales como donaciones automáticas por parte de la empresa por la compra de determinados productos o al alcanzar determinado gasto. Ejemplo de esto son las donaciones a campañas solidarias, plantaciones de árboles, etc.
- Descuentos por tipos de clientes, de manera que podamos tener clientes agrupados que recibirán un porcentaje de descuento de manera automática. De este modo podriamos disponer de un único catálogo para clientes particulares y profesionales.
Todas estas cosas y muchas más dependen directamente de la plataforma que se dedide implantar, esta es la razón por la que una correcta elección puede aumentar nuestra capacidad comercial y disminuir drásticamente los costes de mantenimiento y de desarrollo.